¿Qué tanto tienes que respetar la privacidad de tus adolescentes?

Jun 12, 2016 | Aplicaciones de Control Parental

 

La adolescencia, punto de transición hacia la adultez mezclado con la etapa despreocupada y emocional de la niñez. Un época maravillosa y emocionante tanto para los padres como para los adolescentes. Criar adolescentes es como montarse en una montaña rusa de emociones y responsabilidades. Justo cuando empiezas a pensar que la paternidad será más sencilla, tus adorables y felices chiquillos se han transformado en adolescentes difíciles de manejar, conscientes de sí mismos y llenos de caprichos. Y tú no dejas de preguntarte “¿Qué ha pasado con mis simpáticos y alegres niños?”

Tú mismo has pasado por la adolescencia, pero probablemente tú estés pasando por muchas más cosas que las que tuvieron que enfrentar tus padres. En estos tiempos, tener hijos adolescentes es difícil, tienes que lidiar con sus frecuentes cambios de humor, tienes que estar atento a que no caigan en el alcohol o las drogas, que estén protegidos contra los crímenes cibernéticos, el robo de identidad y la pornografía en Internet, etc. Mientras tus hijos adolescentes van creciendo, el tema de la privacidad aparece. ¿Cuánta privacidad necesitan los adolescentes? ¿Cómo puedes respetar su privacidad y a la vez mantenerlos vigilados?

Si les otorgas demasiada privacidad podrían aprovecharse de ello y sucumbir a actividades inapropiadas para su edad. Pero si eres demasiado fisgón o sobreprotector, hay altas posibilidades de que se rebelen. Tienes que poder mantener el frágil balance entre respetar su espacio y mantenerlos controlados. Entonces, ¿qué puedes hacer para respetar su privacidad y vigilar sus actividades?

Deja que tengan su espacio personal

Como padre, trata de no sentirte ofendido por el creciente desapego de tus hijos, o de su frialdad durante las reuniones familiares. Cada vez que te enfades por esto, recuerda que es solamente un etapa. Los adolescentes se consideran a sí mismos como “adultos” y quieren ser tratados como tales. La mejor manera de hacerles ver que si sienten que deben ser tratados como adultos, deben comportarse como adultos también. Diles que confías en que se manejarán responsablemente con la privacidad que les estás dando.

No te pongas a darles clases o sermones

Si tu hijo adolescente hace o dice algo objetable ( una mala broma, utiliza una palabrota fea, o es descortés con algún adulto) no saltes inmediatamente a aplicarle un sermón. Expresa tu disconformidad permaneciendo quieto, no riéndote ante su broma, pídele que se vaya a su habitación para evitar una discusión, o cualquier otra medida que creas que puede funcionar. Habla con él más tarde y explícale que esto no es lo que se espera de él. Además, intenta ser breve (ellos detestan los sermones).

Monitoréale bajo consentimiento mutuo

Aunque confíes plenamente en tu hijo, tu instinto parental nunca te deja descansar. En lugar de espiarle,  revisarle su teléfono  en su ausencia, haz que confíe en ti. Explícale  que confías en que actuará  responsablemente, pero igualmente necesitas asegurarse de que esté  siempre seguro. Utiliza un software de monitoreo parental para hacer un seguimiento de su ubicación y de sus actividades online. De este modo, podrás estar informado sobre lo que sucede en su vida, y mantener una atmósfera positiva entre tú y tu hijo.

¡No seas etiquetado como el tipo malo!

La confianza es el elemento más importante de cualquier relación y si tu quieres fortalecer los eslabones del vínculo con tu hijo, no le espíes. Respeta su espacio personal, no seas un padre sobreprotector y abrumador. Haz que tu hijo se dé cuenta que no eres el enemigo, y entiende que tu hijo ya no es un niño que necesita ser alimentado a cuchara. Sin embargo, esto no significa que puedas dejarle totalmente sin supervisión. A pesar de que esto no es sencillo, con el tiempo aprenderás cuándo respetar su privacidad y cuándo tomar la conducción del asunto. La paternidad es un proceso que nunca acaba, siempre estás aprendiendo algo nuevo. A fin de

FamilyTime ayuda a las familias a administrar y proteger la vida digital de sus hijos.

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