Los niños de este siglo no se encierran en su habitación en busca de privacidad. En las nuevas generaciones, no podemos decir que su «mundo privado» se reduce o se afecta a lo que sucede en la pantalla del teléfono celular. En este nuevo cambio, que genera cierta preocupación entre los adultos, una encuesta realizada a 593 padres de niños y adolescentes argentinos reveló que 2 de cada 10 jóvenes tienen acceso a contenido no deseado con un teléfono inteligente. Dentro de este grupo, aproximadamente el 40% fueron descubiertos ingresando a sitios no adecuados para su edad. Les encontraron viendo películas de terror, pornografía, entre otros
La misma encuesta, realizada por Avast, una empresa de seguridad informática, mostró que el 15% de los niños encontraron correos electrónicos o mensajes de extraños y otro 12,8% ingresó una aplicación que mostraba o promovía la violencia. Además, el 11.5% ingresó a un sitio web que contenía algún tipo de virus y otro 10.3% cobró por usar una aplicación.
Para la mayoría de los jóvenes, la pantalla del teléfono celular es la más importante en sus vidas. Antes, se accedía a Internet a través de una computadora que generalmente estaba en un espacio común desde donde el adulto podía ejercer algún tipo de control. La naturaleza móvil del teléfono celular ahora hace que la navegación sea más intensa y no se puede medir a tiempo, teniendo en cuenta que el niño está permanentemente activo. A su vez, con el teléfono, el adolescente tiene más libertad para mirar el contenido que quiere. Por eso, en esta era en que el mundo virtual ocupa un lugar importante en la vida de los jóvenes, además de preguntarle diariamente cómo lo hizo en la escuela o en un examen, debemos preguntarle qué hizo en Internet, qué sitios visitó y con quién conversó. ¿Pero quién sabe que las respuestas de los niños son ciertas? Ciertamente, no puedes saberlo hasta que no confíes ciegamente o utilices una aplicación de control para niños como FamilyTime que te permita controlar todas sus actividades digitales a distancia.
Además del uso de la aplicación digital, es importante hablar con los jóvenes y educarlos para formar un espíritu crítico sobre lo que consumen. Debe alertarlos sobre todo lo que está disponible en la web y alentarlos a ser responsables e informar el contenido que consideren inapropiado. Recuerde que los jóvenes comparten fotos cuando existe una relación de confianza. Al romper ese vínculo, los contenidos comienzan a viralizarse. Por lo tanto, indíqueles que no compartan sus fotos personales o información con nadie en Internet.
Debe saber que hay contenido violento y erótico a mano y que la premisa no debe ser prohibirle el acceso al niño, sino enseñarle lo que debe rescatar y lo que tiene que rechazar. Esta es la clave para salvarlos y hacerlos responsables digitalmente.