Es normal verificar las cosas dos veces, por ejemplo: si el auto quedó trancado, si el horno está apagado, etc. Pero si tu hijo adolescente ha sido diagnosticado con TOC (trastorno obsesivo compulsivo), estas dobles verificaciones no son lo habitual en su día a día. Los pensamientos obsesivos y los comportamientos compulsivos se vuelven tan extremos que ello interfiere en su diario vivir. Sin importar lo que hagan, les resulta imposible deshacerse de esos pensamientos y conductas. El TOC, antiguamente considerado una enfermedad rara, hoy en día es tan común que 1 en 100 (hablando en millones) personas lo padecen.
Tristemente, muchas personas, incluyendo a muchos psicoterapeutas, todavía creen que el TOC es una condición rara. Como resultado, personas con TOC son frecuentemente erróneamente diagnosticados con déficit atencional e hiperactividad, con depresión, con trastornos de la conducta, etc. Si tienes la preocupación de que tu hijo pueda tener TOC, es muy importante de que primero sepas de qué se trata este desorden.
¿Qué es el TOC?
Según un artículo publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU., el trastorno obsesivo-compulsivo es “un trastorno mental en el cual las personas tienen pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones (obsesiones) o comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo (compulsiones). Con frecuencia, la persona se comporta de cierta manera para librarse de los pensamientos obsesivos, pero esto sólo brinda alivio temporal.
Síntomas:
La mayoría de las persona con TOC sufren tanto de obsesiones como de compulsiones, aunque algunas solamente experimentan uno de ellos. Algunos de los síntomas son:
Pensamientos obsesivos en el TOC:
- Temor a estar sucio (contaminado con gérmenes), que lleva a un excesivo lavado de manos.
- Imágenes sexualmente explícitas o perturbadores pensamientos violentos.
- Temor a perder o no tener las cosas que uno podría llegar a necesitar.
- Preocupación excesiva por el orden y la simetría: todo debe estar perfectamente alineado.
- Volver a comprobar todo una y otra vez: que la puerta esté trancada, que las luces estén apagadas, que la ventana esté cerrada, etc..
- Temor a dañar accidentalmente a un padre, hermano o amigo.
Comportamientos compulsivos en el TOC:
- Lavarse, bañarse o ducharse compulsivamente.
- Acumular cosas inútiles tales como envases de comida vacíos o periódicos viejos.
- Contar, hacer movimientos repetitivos con las manos, o hacer alguna otra cosa significado para disminuir la ansiedad.
- Evitar situaciones en las cuales podría suceder “algo malo”.
- Orar excesivamente o involucrarse en prácticas incitadas por temores religiosos.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Si crees que tu hijo tiene TOC, el primer paso que debes dar es llevarlo a un profesional. Demorarte en hacerlo solamente hará que se intensifiquen los desórdenes. De acuerdo a un estudio realizado el TOC infanto-juvenil suele manifestarse a los 8 y 9 años de edad del niño, pero han habido casos severos en niños de apenas 8 años, y también casos de niños de 3 y 4 años que han manifestado sus primeros síntomas a esa temprana edad. Sin embargo, la edad más frecuente del inicio de este trastorno se ubica entre los 15 y 20 años.
Además de recurrir a la ayuda profesional, hay ciertas cosas que puedes hacer para ayudar a tu hijo a recobrarse de este desorden:
Enséñale a tu hijo sobre el TOC
Es importante que aclares las confusiones de tu hijo explicándole que estos incesantes pensamientos y compulsiones que está teniendo son debidos al TOC. Según la edad de tu hijo, explícale la condición con palabras sencillas y simplificando las implicancias de la misma. Asegúrate de explicarle el TOC utilizando metáforas como forma de hacerles pensar que el TOC es algo así como un virus de computadora instalado en el cerebro.
Distrae su atención
Cada vez que sientas que tu adolescente está exhibiendo una conducta compulsiva, distrae su atención a otra cosa. Pídele que lea un libro, se conecte a Internet, juegue algún video juego o haga algo creativo. Aliéntale a que haga lo mismo si se siente estancado en algo.
Demora o cambia sus rituales
Una vez que empieces a ayudar a tu hijo, pídele que trate de controlar el TOC. For ejemplo, puedes pedirle que retrase el lavado de manos por 5 minutos, o que intente ponerse los pantalones antes que la camisa. Esto puede resultarle muy difícil, si comienza a sentirse ansioso dile que reduzca el tiempo a 2 minutos.
Halágalo en cada pequeño paso
Tener que lidiar con el TOC es duro, así que tu hijo necesitará mucho aliento. Pequeños premios, como una pegatina en su pizarra, un juguete nuevo, su comida favorita o incluso un simple halago como “¡Muy bien hecho!”, “¡Estoy tan orgulloso de ti!o “¡Eres tan valiente!” pueden realmente aumentar mucho su confianza.
Está allí siempre para él/ella
Tu amor y apoyo pueden hacer magia en su lucha contra el TOC. No demores el inicio de su tratamiento tomando lo que le sucede como una fase. Junto a la ayuda profesional y a tu apoyo personal, utiliza aplicaciones de control parental control para asegurarte de que él o ella está cumpliendo con su parte. Nunca te apartes de su lado y ¡haz todo lo que puedas para que tu hijo viva una vida feliz y saludable!